Noche y niebla
Según palabras textuales de Hitler en su Decreto Nacht und Nebel del 7 de diciembre de 1941, los opositores debían ser detenidos durante "la noche y la niebla" (eufemismo inspirado directamente de un canto de la ópera "El oro del Rin" de Richard Wagner) y llevados clandestinamente a Alemania sin dar otra información que el hecho de su detención. Entre los fundamentos del Decreto se explica que: “El efecto de disuasión de estas medidas... radica en que: a) permite la desaparición de los acusados sin dejar rastro y, b) que ninguna información puede ser difundida acerca de su paradero o destino.” El texto reconstruido precisa que: “Una intimidación efectiva y duradera sólo se logra por penas de muerte o por medidas que mantengan a los familiares y a la población en la incertidumbre sobre la suerte del reo” y "por la misma razón, la entrega del cuerpo para su entierro en su lugar de origen, no es aconsejable, porque el lugar del entierro podrá ser utilizado para manifestaciones... A través de la diseminación de tal terror toda disposición de resistencia entre el pueblo, será eliminada.”
Acercarse a los grandes surcos que han abierto las lágrimas constantes en las mejillas de las madres con hijos desaparecidos en México es difícil de soportar. El duelo suspendido en el que viven no tiene nombre, es un limbo que las mantiene en la zozobra permanente. Y no hay manera de paliar ese dolor. No hay descanso. No hay olvido. No hay perdón. Y eso se extiende para cualquier pariente. ¿Quién instrumenta que el desaparecido no aparezca? ¿A quién conviene? ¿Por qué el terror se ha instalado en zonas que cuentan con inmensas riquezas naturales?
Existe una histórica declaración del general Videla, durante la dictadura argentina, transcrita por Clarín el 14 de diciembre de 1979: "¿Qué es un desaparecido? En cuanto éste como tal, es una incógnita el desaparecido. Si reapareciera tendría un tratamiento X, y si la desaparición se convirtiera en certeza de su fallecimiento tendría un tratamiento Z. Pero mientras sea desaparecido no puede tener ningún tratamiento especial, es una incógnita, es un desaparecido, no tiene entidad, no está, ni muerto, ni vivo, está desaparecido".
En Chile se llamó Plan Cóndor y otros nombres que adquirió en otras partes. ¿Cómo podemos llamarle nosotros?
Jaime Chabaud